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Los beneficios de quererte. La autoestima
Trinidad Armenteros • may 27, 2015
¿Porqué disculpamos a los demás, somos más tolerantes con sus errores, relativizamos más sus actuaciones? En definitiva, ¿porque somos más comprensivos con las personas que queremos o que nos rodeamos, que con nosotros mismos? Las personas con autoestima baja tienden a ser más tolerantes con los demás que con ellos mismos.
Si no confías en ti mismo, si no respetas tu criterio, si no te valoras, ¿como podrás hacerte escuchar por los demás? ¿Como podrás caminar por la vida? ¿Mirándote en los demás? ¿Siguiendo sus pasos? ¿Adoptando su criterio? ¿Negando a ti mismo ?. Este es un camino difícil de transitar y seguro te hará sufrir.
La búsqueda de la felicidad, la tranquilidad, la serenidad, la paz interior, nos hace iniciar muchos caminos para buscar respuestas, pero este es un camino que se inicia en nosotros mismos, como puedes vivir en paz si no te soportas a ti mismo?
Un sentimiento común cuando no quieres es el exceso de culpabilidad. Nos culpabilizamos de todo aquello que no nos ha salido como esperábamos. Nos culpabilizamos de lo que hemos hecho y nos castigamos con comentarios despectivos sobre nosotros mismos. No somos perfectos, nos equivocamos, podemos ser responsables de que las cosas no hayan salido como esperábamos, pero en lugar de martirizar hacernos, no sería más constructivo analizar lo que hemos hecho? Seguro que todo no está mal hecho. No sería mejor sacar un aprendizaje de la experiencia y aplicarlo la próxima vez que nos encontramos en esta situación?
Y si las cosas han salido bien, date las felicitaciones que te correspondiéndole. Cuando las cosas salen bien, ¿tú también eres responsable!
Ser demasiado exigentes con nosotros mismos y ponernos metas difíciles de conseguir, incrementa tu insatisfacción personal y los sentimientos de inseguridad. Muchas veces nos imponemos baremos para evaluar hacernos tanto altos o hitos tan altas, que son inalcanzables y no se ajustan a nuestra realidad. El nivel de autoexigencia es tan alto que difícilmente cumpliremos con nuestros propósitos y nuestro autoconcepto se resentirá. El querer mejorar y ponerse metas, de forma razonada, basándonos en nuestros recursos y capacidades reales, nos hará avanzar y mejorará nuestra percepción de autoeficacia, pero siempre desde la honestidad de saber cuáles son nuestros puntos fuertes y puntos débiles.
Y si logras, tus metas, felicidades! Te lo has ganado!
Cuando nos definimos desde adjetivos absolutos como todo; nunca; siempre o nada, es muy difícil salir bien parado. Tanto en lo positivo como en el negativo. Siempre eres simpático? Siempre te equivocas? Nunca consigues nada de lo que te propones? Nada funciona en tu vida? Si te lo piensas dos veces, te darás cuenta que tu vida no es tan extrema, pero la estás valorando desde una visión absolutista que te hace perder los matices y no te permite relativizar-la. No actuamos siempre igual ante situaciones similares aunque nos lo parezca.
Si te quisiera más, aumentarás las emociones positivas en tu vida. Te sentirás más seguro de ti mismo, tomarás decisiones desde tu criterio y no necesitarás la aprobación de los demás para sentirte bien. Te relacionarás mejor con los demás y podrás estimar de manera más libre a los demás, sin depender emocionalmente.
La búsqueda de la felicidad, la tranquilidad, la serenidad, la paz interior, nos hace iniciar muchos caminos para buscar respuestas, pero este es un camino que se inicia en nosotros mismos, como puedes vivir en paz si no te soportas a ti mismo?
Un sentimiento común cuando no quieres es el exceso de culpabilidad. Nos culpabilizamos de todo aquello que no nos ha salido como esperábamos. Nos culpabilizamos de lo que hemos hecho y nos castigamos con comentarios despectivos sobre nosotros mismos. No somos perfectos, nos equivocamos, podemos ser responsables de que las cosas no hayan salido como esperábamos, pero en lugar de martirizar hacernos, no sería más constructivo analizar lo que hemos hecho? Seguro que todo no está mal hecho. No sería mejor sacar un aprendizaje de la experiencia y aplicarlo la próxima vez que nos encontramos en esta situación?
Y si las cosas han salido bien, date las felicitaciones que te correspondiéndole. Cuando las cosas salen bien, ¿tú también eres responsable!
Ser demasiado exigentes con nosotros mismos y ponernos metas difíciles de conseguir, incrementa tu insatisfacción personal y los sentimientos de inseguridad. Muchas veces nos imponemos baremos para evaluar hacernos tanto altos o hitos tan altas, que son inalcanzables y no se ajustan a nuestra realidad. El nivel de autoexigencia es tan alto que difícilmente cumpliremos con nuestros propósitos y nuestro autoconcepto se resentirá. El querer mejorar y ponerse metas, de forma razonada, basándonos en nuestros recursos y capacidades reales, nos hará avanzar y mejorará nuestra percepción de autoeficacia, pero siempre desde la honestidad de saber cuáles son nuestros puntos fuertes y puntos débiles.
Y si logras, tus metas, felicidades! Te lo has ganado!
Cuando nos definimos desde adjetivos absolutos como todo; nunca; siempre o nada, es muy difícil salir bien parado. Tanto en lo positivo como en el negativo. Siempre eres simpático? Siempre te equivocas? Nunca consigues nada de lo que te propones? Nada funciona en tu vida? Si te lo piensas dos veces, te darás cuenta que tu vida no es tan extrema, pero la estás valorando desde una visión absolutista que te hace perder los matices y no te permite relativizar-la. No actuamos siempre igual ante situaciones similares aunque nos lo parezca.
Si te quisiera más, aumentarás las emociones positivas en tu vida. Te sentirás más seguro de ti mismo, tomarás decisiones desde tu criterio y no necesitarás la aprobación de los demás para sentirte bien. Te relacionarás mejor con los demás y podrás estimar de manera más libre a los demás, sin depender emocionalmente.