Blog Post

Vivir todo el año como si estuviéramos de vacaciones

Trinidad Armenteros • oct 19, 2016


Ha llegado el otoño y las vacaciones empiezan a sentirse lejanas, hasta el estrés post-vacacional ya es agua del pasado, ahora simplemente estamos en el estrés diario.

​Incluso ya se nos puede haber pasado el punto de rebeldía ante la realidad que nos espera tras las vacaciones, y estemos inmersos en la locura del día a día de las demandas constantes a las que hay que dar respuesta inmediata. La rutina se impone y con ella los "deberías..." y todas las obligaciones, olvidándonos de los buenos propósitos que nos hicimos tras la vuelta al trabajo para no caer en el estrés diario.
¿Es posible vivir de otra manera? ¿Es posible disfrutar de la vida todo el año y no solo en vacaciones?

Tal vez la respuesta esté en preguntarse qué hay de diferente entre las vacaciones y nuestra vida diaria.

Así, de pronto, se me ocurre: hago las cosas que me gustan; voy respondiendo a lo que surge sin estar planificando todo el tiempo; puedo descansar sin sentirme culpable por todo lo que estoy dejando de hacer; mi mente está en el momento presente, sin estar pensando en temas que hay resolver pero que no están en el ahora.

Y ahora estamos ahí, en nuestra vida diaria con nuestra mente agitada, llena de cuestiones para resolver, de demandas continuas a las que responder, que podemos percibir como amenazantes para el futuro económico, laboral, personal, social y familiar, nuestro o de nuestros seres queridos. Poder dejarlas fuera de nuestra mente o convivir con ellas de otra manera nos parece difícil o imposible.

¿Qué podemos hacer entonces para que nuestro día a día se parezca más a nuestras vacaciones? Tal vez responder a las siguientes preguntas te ayudará.

¿Qué puedo hacer hoy y qué no puedo hacer hoy?
Organizarse el tiempo. Decidir que es posible hacer o no en el día, siendo realistas, nos permite ajustar nuestras expectativas para el día y determinar el ritmo que le queremos dar.

¿Qué es importante?
Priorizar entre los acontecimientos que nos surjan en el día, según sean importantes o urgentes. No siempre lo urgente es importante, y se puede prescindir de darle una respuesta. Tal vez podamos aprender a decir, ahora no puedo, luego te atenderé.

¿Duermo lo que necesito?
Descansar, dormir lo suficiente nos ayuda a reponer fuerzas y a estar mejor delante de lo que nos demanda el día, siendo más eficientes en nuestra respuesta.

¿Cómo he cuidado hoy mi cuerpo y mi mente?
Haz deporte o alguna actividad al aire libre. Te ayudará a liberar la tensión acumulada y a despejar tu mente.

¿Qué he hecho por mi hoy?
Prográmate un momento agradable cada día, aunque solo sea de 20 minutos, si haces un hueco para todas las obligaciones, por qué no también para lo que te gusta.

¿Qué momentos agradables han pasado hoy en mi vida?
Y tal vez en tu día a día hay más momentos buenos de los que te imaginas, pero como tu mente está centrada en otras cosas y no en lo que está sucediendo en ese momento, puede que te lo estés perdiendo. Préstales atención, te sorprenderás.

Aquí te dejo algunos consejos, que pueden ayudarte a empezar a cambiar cómo vives tu día a día, sin esperar a vacaciones, pruébalos. Si tienes dificultades para hacerlo o quieres avanzar más, puedes contactar conmigo y juntos haremos el camino.

Disfruta de tu vida hoy y no esperes a las vacaciones...

Share by: